En la actualidad, ya casi nadie niega la importancia de la cuestión ambiental y que su presencia en las discusiones políticas y económicas del mundo es cada vez más fuerte. La problemática ambiental hoy alcanza casi todos los sectores de la vida de un país. Sin embargo el sistema de producción actual nos ha llevado a una crítica situación de la cual no es fácil salir.
Hasta el momento las soluciones han venido de la mano de cambios tecnológicos y/o de sanción de normativas más estrictas.
Todas estas medidas han tenido un éxito relativo, lo cierto es que la situación ambiental del planeta es cada vez más complicada.
Para sostener este sistema de superproducción de bienes ha sido indispensable la exacerbación del consumo y la explotación de los recursos, Para nosotros hablar de “explotación” agropecuaria, “explotación” minera es algo común aceptamos en nuestra cultura que el desarrollo está basado en los resultados económicos de la explotación de los recursos de hecho, el término explotación significa:
Sacar utilidad de un negocio o industria en provecho propio.
Utilizar en provecho propio, por lo general de un modo abusivo, las cualidades o
sentimientos de una persona, de un suceso o de una circunstancia cualquiera,
Es decir que cuando se habla de “explotar” se está señalando claramente la posición del hombre frente al recurso aún cuando el recurso sea alguien de su misma especie.
Para que esto ocurra es claro que la educación, en los aspectos formales, no formales e informales, ha sido en alguna medida funcional a ese sistema, donde los valores que se transmiten conforman una cultura rara vez solidaria y fundamentalmente antropocéntrica.
Sin embargo frente a esta postura, otras culturas como la de los pueblos indígenas (cualesquiera que sean) tienen una cosmovisión en la que el hombre es un ser más entre otros de la naturaleza, donde la tierra no es una simple mercancía o un bien de producción y lucro. La tierra es su espacio cultural, el lugar de sus mitos y su historia. En su hábitat están sus tradiciones y sus valores, allí reposan sus antepasados.
Esto determina un modo de producción y desarrollo diferente para cada cultura.
¿Pero como lograr modificar los valores culturales que rigen las prácticas productivas si el capitalismo se basa en maximizar las ganancias a expensas de todo lo demás?
La clave para lograr un cambio cultural, un cambio de actitud, de comportamiento, está en la educación, una educación que sea instrumento solidario de transmisión de saberes y valores, disparadora de inquietudes, una educación orientada a la formación de una nueva cultura que incida en preferencias de consumo y patrones de convivencia, responsabilidad social y ambiental.
Los problemas ambientales surgen como resultado de puja entre las diferentes culturas, con diferentes modos de vida, costumbres, conocimientos, desarrollo artístico, científico y productivo.
La educación es el proceso por el que se transmite esa cultura, no sólo a través de la palabra, está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes. Entonces ¿qué cultura estamos transmitiendo, qué valores, estamos Viviendo y queremos transmitir?,¿qué valores deseamos priorizamos?
Los procesos de cambio no son simultáneos ni homogéneos, se producen avances en ciertos aspectos y estancamientos y retrocesos en otros, aparecen entonces los baches culturales,
Cuando van surgiendo estos baches quienes están a la vanguardia de los cambios buscan instalar en la sociedad las nuevas problemáticas, surge entonces la necesidad de adjetivar cuestiones como “Educación”, Educación “Sexual”, Educación “Ambiental”, Educación ”Física”....
Cuando se habla de educación “ambiental”, entonces quiere decir que hay otro tipo de educación?, ahora bien si la educación si no es ambiental qué tipo de educación es?
La Ley General del Ambiente se refiere en su artículo 14 a la Educación Ambiental:
Artículo 14. - La educación ambiental constituye el instrumento básico para generar en los ciudadanos, valores, comportamientos y actitudes que sean acordes con un ambiente equilibrado, propendan a la preservación de los recursos naturales y su utilización sostenible, y mejoren la calidad de vida de la población.
Surge entonces la paradoja de redactar leyes para conformar una cultura a partir de una educación necesariamente adjetivada, tal vez solo porque el tema está en este momento en la vanguardia del proceso de cambio. Pero ya que se dispone del marco legal es interesante ver cómo aplicar este artículo, por ejemplo, a la educación informal
Tomemos por ejemplo el juego de ajedrez. ¿Puede abordarse su enseñanza desde una mirada ambiental?
Ante todo debemos tener en cuenta que es un juego de estrategias y tácticas de guerra.
Las guerras han sido siempre por el poder, por lograr el control de los recursos los recursos según el Diccionario de la Real Academia Española son el “Conjunto de elementos disponibles para resolver una necesidad o llevar a cabo una empresa. Recursos naturales, hidráulicos, forestales, económicos, humanos”
Ahora bien, una vez que definido qué son recursos ¿es necesario también allí una adjetivación? (recursos “naturales”,” humanos”...)
Muchas veces es una mera subjetivación y muchas veces es una subjetivación manipulada. Esa adjetivación estará dada en general por las prioridades que el sistema imponga.
Por lo tanto enseñando ajedrez podemos mostrar porqué tanto el hombre común (los peones), como los animales (elefantes=alfiles, o los caballos ) son recursos cuya función es la de mantener vivo al rey (ojo aquí que ni siquiera se salva la reina)
En esa cultura antropocéntrica, recursos como los hombres comunes, los caballos, los elefantes etc. están en función de los intereses de quien tiene el poder.
Ahora bien si el control de los recursos (el poder) cambiara de eje y fuera ejercido por los peones, alfiles o caballos, entonces serían inaceptables o impensables los “sacrificios” de estas piezas. No se correrían riesgos ambientales, sociales, naturales.
Cualquier herramienta que utilicemos en educación podrá ser funcional al sistema que deseemos sostener y a la cultura en la que estemos dispuestos a vivir.
Estamos trabajando para encontrar la mejor manera de transmitir esta nueva cultura en ciernes que tiene una mirada ambiental
En ese marco de situación los conceptos ambientales deberán ser internalizados en pos de una cultura no consumista, no explotadora de los recursos, no antropocéntrica, solidaria, respetuosa de la biodiversidad en el sentido más amplio, aquel que involucra culturas, etnias, religiones, en fin, una cultura ambiental.
"Hay suficiente en el mundo para las necesidades de todos los
hombres, pero no para la codicia de todos los hombres". (Mahatma Gandhi)
hombres, pero no para la codicia de todos los hombres". (Mahatma Gandhi)
Ing. Agr. Liliana Russo